En 1908 se reinauguró la iglesia tras los numerosos cambios que había sufrido, tales como la demolición de la torre, la clausura de la tercera parte de la nave, que había quedado descubierta, el reemplazo de los retablos originales de madera por unos de concreto, y la modificación de la portada principal, específicamente el tercer cuerpo de la misma que incluyó un gran rosetón. Este último cambio fue revertido décadas más tarde quedando la portada con su configuración original, a excepción de la balaustrada que poseía como remate en la parte superior y que nunca fue restaurada.
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